martes, 21 de octubre de 2014

Ley de Medios.

Medios, política y poder



     Los medios de comunicación instalan temas políticos, económicos y culturales que generan debate en la opinión pública, buscan legitimar esas noticias a través de su influencia tanto en la opinión pública como con su estructura de multimedios. Por otro lado, están quienes no creen en este efecto poderoso de los medios y aseguran que cualquier persona con sólida identidad partidaria difícilmente cambie de opinión o de voto por el simple hecho de ver noticias o anuncios que desafían sus creencias. Sin embargo, la Ley de Medios Audiovisuales tiene antecedentes recientes y una gran influencia en la Argentina actual y la de hace 35 años.
     El gobierno militar armó la Ley 22.285 con dos objetivos claros vinculados a evitar la concentración de medios y la irrupción de capitales extranjeros en la comunicación de la Argentina. La sanción de una Ley de Comunicaciones es una deuda histórica de la democracia porque no solo arrastra en su contenido la censura y control del gobierno militar, sino que también, muestra la intención privatista y liberalizadora de la década menemista neo-liberal. Esta Ley sufrió modificaciones a lo largo de los años y  rigió hasta el 2009.
     La llegada de la nueva Ley de Servicios deComunicación Audiovisual (26.522), a la que se le modificaron más de 100 artículos, fue un punto de inflexión entre una época y la otra para los multimedios y empresas de comunicación en Argentina. La “Ley de Medios” tiene como objetivo desconcentrar los medios de comunicación, la promoción y garantía de toda persona a generar y difundir informaciones e ideas. Lleva al federalismo y la integración como estandarte.
     “Cualquier Ley de la democracia es mejor que una de la dictadura”, pero de la teoría a la práctica hay un largo camino, hace 5 años que fue aprobada la Ley pero todavía no puede llevarse a cabo plenamente. El grupo Clarín está en un tira y afloje permanente con el gobierno. Por un lado, desde Clarín, afirmó que: “El Gobierno consideró imprescindible sostener su poder a través de la más impresionante maquinaria comunicacional montada en tiempos de democracia, con una amplia red de medios oficiales y para-estatales, financiados con fondos públicos, orientados a atacar a quienes no dicen lo que el poder de turno quiere que se diga.”
     Por otro lado, “Los medios de comunicación tienen un rol relevante en la opinión pública, por lo cual el Estado tiene un interés incuestionable en regularlos. El interés de la comunidad está por encima del interés privado.”, aseguraron desde La Corte Suprema de Justicia.
     El Grupo Clarín presentó un plan de adecuación para poder seguir contando con la misma cantidad de medios pero dentro del marco legal y atacó contra el gobierno porque consideran que tampoco cumplen con la nueva Ley. “El Poder Ejecutivo nacional y los poderes ejecutivos provinciales podrán, en situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional, disponer la integración de la cadena de radiodifusión nacional o provincial, según el caso, que será obligatoria para todos los licenciatarios", articulo 75 de la Ley de Servicios de  Comunicación Audiovisual.
     Al margen de esta lucha de poderes económicos y políticos la Ley 26.522 tiene en su interior muchos puntos interesantes y trascendentales para una mayor inclusión y diversificación de voces. Entre ellos, el desarrollo de una industria nacional de contenidos que difunda y promueva la producción nacional, la protección y salvaguarda de la igualdad de género, el acceso a la información a personas con discapacidad y el otorgamiento de licencias de forma directa a Universidades Nacionales, Pueblos Originarios y a la Iglesia Católica.

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