¿La
mayor estafa al pueblo argentino?
Los banqueros de Europa y los Estados Unidos pensaron
que los países latinoamericanos, manejados mayoritariamente por dictaduras que
no tendrían que responder ni ante la prensa ni ante la oposición, serían buenos
clientes para sus créditos. Así comenzó un verdadero aluvión de préstamos por
parte del país anglosajón.
La deuda externa
es un instrumento que un país utiliza para crecer en base a un
plan programado, estudiado, discutido y aprobado. La finalidad última
de endeudarse es la de generar riquezas para el bienestar de los habitantes del
país. Es la suma de las deudas que tiene un país
con entidades extranjeras. Se compone de deuda pública (la contraída por el Estado) y deuda privada (la contraída por particulares). La dictadura de 1976 realizó políticas económicas de
apertura al mercado de capitales extranjeros y generó que la deuda aumentara en
un %400.
Por su parte,
Alejandro Olmos, político, periodista e historiados argentino, estudió la deuda
externa exhaustivamente y denunció la ilegitimidad de la deuda contraída con
los organismos internacionales de crédito por parte de varios gobiernos
argentinos, considerando que es la mayor estafa contra los argentinos porque
esta deuda externa es una deuda
ilegitima. La denuncia fue iniciada en 1982 y se cerró en el 2000.
La investigación judicial, que contó con numerosos
peritos de organismos oficiales y privados, además de locales y extranjeros,
comprometió seriamente a las autoridades civiles y militares del gobierno de
ese entonces, entre ellas, al ministro de Economía José Alfredo Martínez deHoz. Olmos
impulsó la presentación de un recurso de amparo ante la Justicia para suspender
el pago de 9.530 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional.
“Las deudas hay que pagarlas, las estafas no”,
denunció Olmos. Los
beneficiarios fueron algunos grupos económicos privados, como Macri, Fortabat,
Pérez Companc, Techint, Soldati, Pescarmona, que contrajeron la deuda privada
que más tarde sería estatizada con seguros de cambio. Esto es lo que incitó al
historiador argentino a realizar la denuncia.
¿Cómo podía ser que los
ciudadanos argentinos estén pagando una deuda que no contrajeron?. Esto se
debió al endeudamiento de las empresas públicas en el exterior para conseguir
dólares, que no utilizaban, y beneficiaron a empresas privadas con esos dólares
a través del Banco Central. La posterior estatización de las deudas privadas
obligó al gobierno a pagar por todos los préstamos que las empresas habían
pedido y no reinvertido para generar mayores ganancias y así poder pagar sus
deudas. “YPF, fue obligada a tomar deudas cada tres meses sin ninguna necesidad
real. Es de destacar que a la compañía nunca llegaban esos dólares, se quedaban
en el Banco Central”, acusó Alejandro Olmos.
La conclusión de la sentencia del
juicio de la deuda externa argentina fue la siguiente: “Ha quedado evidenciado en el trasuntar de la causa la manifiesta
arbitrariedad con que se conducían los máximos responsables políticos y
económicos de la Nación en aquellos períodos analizados. Así también se
comportaron directivos y gerentes de determinadas empresas y organismos
públicos y privados; no se tuvo reparos en incumplir la Carta Orgánica del
Banco Central de la República Argentina; se facilitó y promulgó la modificación
de instrumentos legales a fin de prorrogar a favor de jueces extranjeros la
jurisdicción de los tribunales nacionales.”
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